La contaminación atmosférica en Europa ha descendido en las dos últimas décadas, pero sigue siendo uno de los mayores riesgos medioambientales para la salud. Esto es lo que dice el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con motivo del Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, que se celebra el 7 de septiembre.
Contaminación por partículas en suspensión: la norma europea es cinco veces superior a la de la OMS.
Casi todos los ciudadanos europeos (96 %) están expuestos a concentraciones de partículas en suspensión superiores al umbral de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este umbral se fijó en 2021 en 5 µg/m³, un nivel que no supone un riesgo para la salud.
Las partículas en suspensión proceden de los combustibles sólidos utilizados para la calefacción doméstica, la actividad industrial y el transporte por carretera. En 2022, solo Islandia registró una media nacional de concentraciones de partículas en suspensión por debajo del umbral guía de la OMS, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
Por otra parte, en 2022, Croacia, Italia y Polonia registraron concentraciones superiores al umbral actual de la Unión Europea de 25 µg/m³. Una norma cinco veces superior al umbral de la OMS.
Las partículas en suspensión, uno de los peores causantes de la contaminación atmosférica, provocaron la muerte prematura de casi 4 millones de personas en 2019, según el PNUMA. Asia Oriental y Europa Central fueron las más afectadas. La Comisión Europea señala que este tipo de contaminación causa 300.000 muertes prematuras cada año en la UE.
Un panorama europeo muy dispar
El «Informe sobre la contaminación atmosférica» del PNUMA, elaborado a partir de datos de 2019, dibuja un panorama muy desigual para la UE. En Francia y Bélgica, la población está expuesta a niveles de partículas en suspensión 2,2 y 2,6 veces superiores al umbral recomendado por la OMS (5 µg/m3). En Italia, Hungría y Rumanía, el nivel medio (16 µg/m3) es 3,2 veces superior al umbral recomendado por la OMS.
En Polonia, la contaminación por partículas en suspensión es dos veces superior a la de Bélgica (23 µg/m3, 4,6 veces el umbral de la OMS). Las partículas en suspensión alcanzan su nivel máximo en Serbia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia del Norte, con niveles entre 5 y 6 veces superiores al umbral de la OMS.
Resultados dispares en la UE para los principales causantes de la contaminación atmosférica
Ciertamente, la UE en 2016 aprobó una normativa a través de la nueva Directiva sobre Techos Nacionales de Emisión (TNE). Esta está en vigor en cada uno de los 27 Estados miembros para cinco contaminantes atmosféricos principales: dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), compuestos orgánicos volátiles no metánicos (COVNM), amoniaco (NH3) y partículas en suspensión (PM2,5).
Pero en 2022, solo 16 Estados miembros habían cumplido sus compromisos nacionales para el período 2020-29, según la AEMA. En el caso de los otros 11 Estados miembros, los objetivos no se habían cumplido en al menos uno de los cinco contaminantes principales.
El reto continúa para todos los países de la UE, en particular para el amoniaco. El sector agrícola es la principal fuente, y estas emisiones han disminuido solo ligeramente desde 2005.
El objetivo de «contaminación cero» del Pacto Verde Europeo
El plan de acción «contaminación cero» del Pacto Verde Europeo establece el objetivo de reducir las muertes prematuras causadas por partículas en suspensión en al menos un 55 % para 2030, con respecto a los niveles de 2005. Esto va de la mano de un objetivo a largo plazo de que no haya impactos significativos en la salud para 2050.
En marzo de 2024, las instituciones europeas llegaron a un acuerdo político sobre la calidad del aire ambiente, con el fin de acercar las normas de la UE a los umbrales de referencia de la OMS. De este modo, a partir del 1 de enero de 2030, la nueva norma europea será de 10 µg/m³ para las partículas en suspensión.
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