La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos y que internacionalmente es reconocida como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas.
Puede causar complicaciones de salud a corto y largo plazo, incluido dolor crónico, infecciones, sangrados, mayor riesgo de transmisión del VIH, ansiedad y depresión, complicaciones durante el parto, infecundidad y, en el peor de los casos, la muerte.
Esta práctica se concentra en cerca de 30 países de África y de Oriente Medio y Asia meridional, así como algunos países asiáticos (India, Indonesia, Iraq y Paquistán) y algunas pequeñas comunidades de Latinoamérica. Asimismo, persiste en las poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, en Norte América, Australia y Nueva Zelanda.
La mutilación femenina en cifras:
-7 de cada 10 mujeres y niñas que viven en países donde se realiza la mutilación genital femenina piensan que esta práctica debería erradicarse.
-1 de cada 4 mujeres y niñas que han sufrido mutilación genital femenina fueron sometidas a esta práctica por personal sanitario.
-Entre 0 y 15 años es la edad en que las niñas suelen ser sometidas a la mutilación femenina.
-Alrededor de 4.3 millones de niñas correrán el riesgo de ser sometidas a la mutilación genital femenina en 2023.
-3.157 redes de hombres y niños defendieron poner fin a la mutilación genital femenina en los últimos cinco años.
En el Día Mundial de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, las Naciones Unidas quieren mostrar el impacto que la intervención en comunidades tiene en la erradicación de la Mutilación Genital Femenina.
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