En febrero de 2022 la policía sueca Sandra Bylund, de 42 años, recibió una llamada que cambió su vida. Desde 2020 sabía que su solicitud para una misión sobre el terreno estaba aprobada, pero cuando descolgó el teléfono todo se precipitó, su viaje empezaba en solo un mes. En marzo aterrizó en Juba, Sudán del Sur, y llegó hasta la oficina local de Wau, en el estado occidental de Bahr el Ghazal.
Sandra pasó de patrullar las calles de Suecia y adiestrar perros en el distrito policial de Skaraborg, a una Oficina de Policía en Sudán del Sur. Uno de los lugares donde más se necesita la paz y la seguridad internacionales: la misión UNMISS en Sudán del Sur.
En la actualidad hay 90.000 fuerzas de paz de la ONU, prestan servicio en 12 operaciones de la ONU en todo el mundo.
“Ansiaba retos y desarrollo personal, y esto sólo ocurre fuera de la zona de confort. Sudán del Sur es uno de los países más pobres y peligrosos. Si me iba lejos, quería estar donde realmente me necesitaran. Dije que sí inmediatamente”, cuenta Sandra Bylund al Nordic Desk.
El país más joven del mundo
El 8 de julio de 2011, el Consejo de Seguridad estableció la Misión de las Naciones Unidas en la República de Sudán del Sur (UNMISS). Tras casi una década de conflicto y a pesar de los esfuerzos por aplicar el acuerdo de paz, Sudán del Sur sigue enfrentándose a una violencia esporádica, una inseguridad alimentaria crónica y unas inundaciones devastadoras, que a menudo afectan a los logros en el frente humanitario. Sudán del Sur sigue sumido en una grave crisis humanitaria.
Sudán del Sur es el país más joven del mundo ya que declaró su independencia de Sudán el 9 de julio de 2011. La Asamblea General de la ONU admitió a la República de Sudán del Sur como 193º miembro de las Naciones Unidas el 14 de julio. Además, el país es también conocido como la nación más joven del mundo, ya que el 70% de su población tiene menos de 30 años.
Agente en primera línea
Como agente sobre el terreno, Sandra y sus colegas observan, controlan, toman notas e informan sobre una situación de seguridad que Sandra califica de «impredecible». Donde ella trabaja hay toque de queda a partir de las 7 de la tarde. Su principal tarea es apoyar y educar a la policía local en el desarrollo de sus capacidades, pero también estar presente entre los habitantes locales, observar los retos de su vida cotidiana y recabar información sobre la situación de seguridad.
“La Policía local se enfrenta a enormes retos, explica Sandra. La oficina puede ser literalmente la sombra de un árbol, y la prisión puede ser una cadena en el suelo. Y el número de analfabetos es alto entre el cuerpo de policía. Pero aunque mi trabajo como agente de Policía en Suecia difiere en muchos aspectos del de mis colegas en Sudán del Sur, está claro que la base es la misma. Ambos dependemos del desarrollo de buenas relaciones con los miembros de la comunidad para poder desempeñar nuestras funciones. En términos policiales lo llamamos policía de proximidad. Tenemos que construir relaciones sólidas con la comunidad local para poder actuar de forma proactiva y poder desarrollar soluciones a las condiciones subyacentes inmediatas que contribuyen a los problemas de seguridad”
Niños desesperadamente necesitados
La crisis humanitaria en Sudán del Sur está presente de todas las formas posibles. Niños sin padres o sin otro tipo de seguridad social, la pobreza y la hambruna y en qué situación deja a la gente. Muchos niños no van a la escuela, su trabajo durante el día es ir a buscar agua, mendigar por las calles o hacer otras tareas para mantener a la familia con vida.
“ Yo vengo de la abundancia», explica Sandra. “Sólo tenemos que abrir el grifo y ya hay agua. En esta zona hay gente que no tiene nada. Es como si los focos nunca hubieran llegado a la gente de Sudán del Sur. Los medios de comunicación rara vez se hacen eco de ellos, la hambruna y la pobreza son desastrosas”, añade.
En estos momentos hay 1.446 efectivos de la UNPOL desplegados en 10 regiones de Sudán del Sur. De ellos, 847 pertenecen a Unidades de Policía Formadas, 561 son agentes de policía individuales y 38 forman parte del personal de los servicios penitenciarios. En 2011 se informó de que Sudán del Sur estaba en guerra con al menos siete grupos armados en 9 de sus 10 estados, con decenas de miles de desplazados. Las primeras elecciones del país como Estado soberano se celebrarán en diciembre del próximo año.
Balones para cientos de jugadores
La misión de un año de Sandra está llegando a su fin, y su billete de avión de vuelta a casa está previsto para principios de este mes. Pero hay una razón extraordinaria para que se quede un mes más. Cuando sintió que quería actuar en la crisis humanitaria fuera de su horario de trabajo, una mujer de un campo de refugiados, Asma Abubak, pensando en voz alta, señaló una demanda especial.
“Esta mujer me habló de estos niños, muy deprimidos y necesitados de alguna distracción. Solían tener al menos un equipo de fútbol local, pero como les faltaba equipo, llevaban más de siete meses sin jugar. Así que fui al mercado local y compré material para el equipo”, explica.
Y así empezó todo. Compró balones de fútbol para un equipo de 34 personas, que poco a poco se convirtió en equipos de fútbol con cientos de jugadores activos, manteniéndolos alejados de los problemas y la delincuencia. Sandra habló con amigos y colegas en Suecia, que se ofrecieron a ayudar económicamente, y poco a poco recaudó unos 6000 dólares en total, sirviendo equipamiento a más de 650 futbolistas de distintas edades.
“Ayudar a estos jóvenes futbolistas fue ayudar a nivel práctico”, dice Sandra, que ella misma no tiene experiencia en el ámbito del fútbol.
Hasta la nueva fecha de la vuelta a casa, el 15 de abril, Sandra se encarga de que la ONU se haga cargo del proyecto con los futbolistas y le dé un futuro. Después de recopilar lo que pretende ser «el mejor informe de la historia», elige cuidadosamente a una persona encargada del proyecto «con el empuje y el corazón adecuados». Su proyecto de tiempo libre, consistente en comprar balones, camisetas y otros equipamientos a los jóvenes de Sudán del Sur, ya ha dado resultados claros en la comunidad.
“Este proyecto ha tenido resultados muy prácticos. Hoy en día, los líderes de la comunidad del campo de desplazados internos de Naivasha pueden observar una reducción del comportamiento antisocial, menos embarazos adolescentes y el proyecto se considera una alternativa a la violencia. Quiero marcar la diferencia. En países como éste no hay atención sanitaria ni servicios básicos que funcionen, el desarrollo va incluso en la dirección equivocada y la gente está pagando el precio”.
El antes y el después de Sandra
Sandra acabó comprando camisetas y equipación de fútbol, pero pensó que comprar zapatos de fútbol a todo el mundo excedería su presupuesto si el número de jugadoras sigue creciendo. Pero para motivar a las nuevas jugadoras decidió llevar a cabo una «discriminación positiva». Dijo que no compraría más zapatos, pero que las chicas serían una excepción. Todas las nuevas jugadoras recibirían zapatillas. Pensó que esto provocaría envidias, pero los chicos lo aceptaron.
“Esta experiencia me ha abierto los ojos de muchas maneras y jamás podré volver a cerrarlos”
La Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) forma parte de las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU. Durante 75 años, el personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas ha trabajado para salvar y cambiar vidas en las situaciones políticas y de seguridad más frágiles del mundo.
Desde 1948, más de dos millones de personal uniformado y civil han ayudado a los países a pasar de la guerra a la paz y el progreso.
Además, el 6 de abril es el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz. Es una oportunidad para reconocer el papel positivo que el deporte y la actividad física desempeñan en las comunidades y en la vida de las personas de todo el mundo.
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