Extiendo mis mejores deseos a los millones de musulmanes de todo el mundo que comienzan a observar el mes sagrado del Ramadán.
Este Ramadán será, sin lugar a dudas, muy diferente. Como es natural, muchas actividades comunitarias se verán afectadas por las medidas puestas en marcha para combatir la pandemia de COVID-19. Mientras tanto, muchas personas en zonas de conflicto volverán a vivir trágicamente este mes, marcadas por la guerra y la inseguridad a su alrededor.
Recientemente pedí que se declarara un alto el fuego inmediato y global que nos permita centrarnos en nuestro enemigo común: el virus. Repito ese llamamiento hoy, recordando las palabras del Sagrado Corán “y si se inclinan por la paz, inclínate tú también ante ella”.
El Ramadán también consiste en apoyar a los más vulnerables. Expreso mi agradecimiento a los Gobiernos y ciudadanos de todo el mundo musulmán que viven conforme a su fe y apoyan a quienes huyen de los conflictos en la mejor tradición islámica de hospitalidad y generosidad. Es una lección que destaca en este mundo donde tantas puertas se han cerrado a quienes necesitan protección, incluso antes del COVID-19.
Una vez más, mis mejores deseos de misericordia, solidaridad y compasión para todos en estos tiempos difíciles.
Ramadan Karim.
