Aproximadamente 736 millones de mujeres en todo el mundo, casi una de cada tres, sufren violencia al menos una vez en su vida. La forma más frecuente de violencia contra las mujeres en todo el mundo es la violencia en la pareja (que afecta a unos 641 millones).
Sin embargo, este problema va más allá de las relaciones interpersonales y se extiende a diversos entornos, incluidas las plataformas en línea. La violencia en línea contra las mujeres y las niñas ha aumentado rápidamente en los últimos años, planteando importantes amenazas para la seguridad y el bienestar.
¿Qué es la violencia de género facilitada por la tecnología?
La violencia de género facilitada por la tecnología es «todo acto cometido, asistido, agravado o amplificado por el uso de tecnologías de la información y la comunicación u otras herramientas digitales que tenga o pueda tener como resultado un daño físico, sexual, psicológico, social, político o económico u otras vulneraciones de los derechos y libertades».
Violencia en línea contra mujeres y niñas
La transformación digital trae consigo importantes oportunidades, pero también constituye un espacio en el que pueden perpetrarse daños.
La Inteligencia Artificial (IA) suscita preocupación en cuanto a la protección y promoción de los derechos humanos. Los prejuicios sociales relacionados con los roles y las identidades de género están arraigados en los programas y servicios sociales a través de la toma de decisiones automatizada. Los algoritmos y dispositivos tienen el potencial de difundir y reforzar estereotipos de género perjudiciales. Estos prejuicios de género plantean el riesgo de estigmatizar y marginar aún más a las mujeres a escala mundial.
¿Quiénes son las más afectadas?
La violencia de género facilitada por la tecnología afecta a todas las mujeres que la utilizan. Ciertos grupos de mujeres son más propensos a este tipo de violencia debido a sus actividades, identidades o acceso a información y servicios específicos. En particular, las defensoras de los derechos humanos, las periodistas y legisladoras, las políticas, las activistas y feministas, las académicas y las jóvenes se enfrentan a mayores índices de violencia.
Por ejemplo, el 73% de las mujeres periodistas han sufrido violencia en línea en el curso de su trabajo.
La violencia de género facilitada por la tecnología puede afectar de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas sobre una base interseccional, teniendo en cuenta factores como la raza y el origen étnico, la edad, la orientación sexual, la religión, la identidad/expresión de género, la situación socioeconómica, la discapacidad y la condición de refugiado. Las mujeres que sufren diversos tipos de discriminación, como las mujeres con discapacidad, las mujeres de color, las mujeres migrantes y las personas LGBTIQ+, sufren consecuencias desiguales.
¿Cuáles son las formas de violencia contra las mujeres que se producen en línea?
La violencia de género facilitada por la tecnología adopta muchas formas, como la sextorsión (chantaje con la amenaza de publicar información sexual, fotos o vídeos); el abuso basado en imágenes (compartir fotos íntimas sin consentimiento); el doxxing (publicar información personal privada); el ciberacoso; el acoso sexual y de género en línea; el ciberacoso; la captación en línea con fines de agresión sexual; la piratería informática; la incitación al odio; la suplantación de identidad en línea; y el uso de la tecnología para localizar a supervivientes de abusos con el fin de infligir más violencia, entre muchas otras. Las herramientas digitales también pueden exacerbar la violencia que se produce fuera de Internet, como la violencia doméstica o de pareja y la trata de personas.
Las formas más comunes de violencia denunciadas incluyen: desinformación y difamación (67%), ciberacoso (66%), incitación al odio (65%), suplantación de identidad (63%), piratería informática y acoso (63%), astroturfing (un esfuerzo coordinado para compartir simultáneamente contenidos perjudiciales a través de plataformas, 58%), abuso basado en vídeo e imágenes (57%), doxxing (55%), amenazas violentas (52%) e imágenes no deseadas o contenido sexual explícito (43%).
Según la Agencia de Derechos de la UE, una de cada diez mujeres de la Unión Europea ha sufrido ciberacoso desde los 15 años, por ejemplo, por haber recibido mensajes de correo electrónico o SMS sexualmente explícitos, ofensivos o no deseados, o insinuaciones ofensivas o inapropiadas en las redes sociales.
¿Cuál es el impacto de la violencia de género facilitada por la tecnología?
Los efectos duraderos de la violencia pueden tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de la mujer, persistiendo a lo largo de toda su vida. Se asocia a un mayor riesgo de lesiones, depresión, trastornos de ansiedad, embarazos no deseados y otros problemas de salud. Los efectos sobre la salud mental son profundos, y las supervivientes denuncian graves consecuencias como estrés, ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático (TEPT), pensamientos suicidas e incluso intentos de suicidio.
Violencia de género facilitada por la tecnología
Del 25 de noviembre al 10 de diciembre de 2023, ONU Mujeres celebra los 16 Días de activismo contra la violencia de género, bajo el lema mundial establecido por el Secretario General de las Naciones Unidas: Campaña ÚNETE: «bajo el lema «¡ÚNETE!».
También conlleva importantes consecuencias sanitarias, de seguridad, políticas y económicas. Esta forma de violencia no sólo silencia a las mujeres en los espacios en línea, sino que también disminuye su participación en la vida pública y política, en los procesos democráticos y en las funciones de liderazgo. Además, refuerza los roles, las normas y las estructuras patriarcales, lo que supone un obstáculo importante para alcanzar la igualdad de género y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
¿Qué medidas podemos tomar para anticipar y mitigar estos riesgos?
Hay una necesidad urgente de abordar el abuso en línea y aprovechar el poder de la tecnología como una fuerza para el bien. Prevenir y abordar la violencia de género facilitada por la tecnología requiere esfuerzos de colaboración en los que participen gobiernos nacionales, empresas tecnológicas, movimientos feministas y de derechos digitales, proveedores de servicios contra la violencia de género, académicos y, lo que es más importante, supervivientes. A la hora de desarrollar tecnologías de IA, es importante dar prioridad a la diversidad y la inclusión.
Entre otras cosas, se insta a los Estados a reconocer la violencia contra las mujeres y las niñas en contextos digitales como una violación de los derechos humanos. Los Estados deben establecer leyes, políticas y marcos normativos eficaces en consonancia con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes. Al mismo tiempo, las empresas tecnológicas deben adoptar un enfoque colaborativo en la creación de plataformas digitales. La transparencia es crucial en su despliegue de algoritmos, moderación de contenidos, políticas y mecanismos de denuncia, junto con el compromiso de asumir la responsabilidad de las repercusiones derivadas de la desatención de contenidos nocivos y el uso inadecuado de la tecnología.
Más información:
IA: poder transformador y retos de gobernanza
Hechos y cifras: Poner fin a la violencia contra las mujeres (ONU Mujeres)
Encuesta mundial de la UNESCO sobre la violencia en línea contra las mujeres periodistas
Inteligencia artificial e igualdad de género (UNESCO)
¿Qué es la violencia de género facilitada por la tecnología? (UNFPA)
Violencia de género facilitada por la tecnología: una creciente amenaza
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