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¡Ya es hora de restaurar nuestros ecosistemas!

Los científicos sostienen que los próximos diez años serán los más decisivos en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. En 2021 se marca el comienzo del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, nuestra oportunidad para invertir la tendencia previniendo, deteniendo y revirtiendo la degradación de los ecosistemas en todo el mundo.

Ahora bien, ¿qué es la restauración de los ecosistemas?

La restauración de los ecosistemas consiste en la reparación de los ecosistemas que se han degradado y la protección de los que están saludables. Esto incluye un amplio abanico de actividades: desde el incremento del carbono orgánico en los suelos agrícolas y de las poblaciones ícticas en áreas sobreexplotadas hasta la recuperación de los lugares contaminados.

Para ayudarnos a dar el paso, podemos aprender de las experiencias de los agricultores que, durante generaciones, han vivido de la tierra de manera sostenible. Con su conocimiento tecnológico tradicional, el reconocimiento del valor del medio ambiente y un sentido de identidad cultural, estos agricultores poseen una experiencia y unos saberes únicos sobre buenas prácticas agrícolas y métodos para la preservación de los ecosistemas.

La FAO ha designado estos extraordinarios sistemas como Sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial (SIPAM). Se trata de sitios agrícolas en los que las comunidades locales utilizan su entorno y recursos naturales respetuosamente y se desarrollan en armonía con la naturaleza.

He aquí seis sitios SIPAM que evidencian que la sostenibilidad ambiental no solo es posible, ¡sino que es fructuosa!

Agricultura andina (Perú)

Los métodos agrícolas andinos se han empleado en la zona montañosa del Perú durante más de 5 000 años. Con conocimientos sobre agricultura que se han ido transmitiendo a lo largo de los siglos, los pueblos indígenas de esta área han creado y conservado bancales, sistemas locales de riego y tres sistemas agrícolas principales adaptados a diferentes altitudes. Única en el mundo, la práctica de los waru waru (caballones) consiste en canales de agua que absorben la radiación solar de día, lo que evita que los cultivos se congelen durante la noche. Estos bancales y técnicas de gestión de los recursos hídricos que hacen posible el cultivo de variedades autóctonas y el cuidado de la salud de los suelos son un ejemplo consolidado de agricultores que se adaptan de manera sostenible a un medio hostil.

Sistema agrícola de los terrenos escarpados de Nishi-Awa (Japón)

En un área de laderas empinadas consideradas inadecuadas para el cultivo, los agricultores de Shikoku (Japón) han ideado una singular forma de trabajar la tierra. Añadiendo muros de piedra al objeto de suavizar la pendiente y valiéndose de prácticas de acolchado denominadas kaya para reducir la erosión del suelo, estos agricultores han sido capaces de mantener intactas las laderas de las montañas. Aunque la superficie de cultivo de cada explotación es pequeña, se plantan una gran variedad de cereales y hortalizas. El sistema, rodeado de bosques, forma parte asimismo de un corredor ecológico para la fauna silvestre que contribuye a la conservación de la biodiversidad del ecosistema.

Agroforestería Kihamba en Shimbwe Juu (Tanzanía)

El sistema tradicional Kihamba, en las laderas del monte Kilimanjaro, es conocido por sus impresionantes métodos agrícolas adaptados a un entorno difícil. Se ha ido desarrollando y conservando gracias a los conocimientos tradicionales de generaciones de agricultores. Las comunidades locales construyeron un sistema de cultivo de diversos niveles correspondientes a cuatro capas principales de vegetación. La capa superior está compuesta de árboles apenas separados entre sí que proporcionan sombra, medicinas, forraje, frutos y madera. Bajo estos árboles, se cultivan muchas variedades de plátano que, junto con cafetos y hortalizas, proveen alimento a las comunidades locales. Este sistema de múltiples capas aprovecha al máximo los terrenos reducidos para brindar una gran variedad de alimentos durante todo el año. El cultivo intercalado junto con una lucha contra las plagas respetuosa con el medio ambiente ayudan a conservar la biodiversidad y la salud de los suelos de la zona.

Comunidades en Tanzanía, que conviven y trabajan en armonía con el ecosistema local.
Comunidades en Tanzanía, que conviven y trabajan en armonía con el ecosistema local. Foto: FAO/Felipe Rodríguez.

Sistema agroforestal (Marruecos)

El sistema agroforestal de Ait Souab-Ait Mansour (Marruecos) es un singular punto de biodiversidad crítico donde se planta argán junto con más de otras 50 especies cultivadas durante siglos. Se trata de un sistema impresionante, porque aprovecha grandes cavidades subterráneas que captan y filtran el agua de la tierra situada encima. Estos depósitos excavados en la roca resultan tan eficaces para recolectar agua, que los lugareños pueden ir subsistiendo pese a las sequías. De este modo, este sistema agrícola da frutos a pesar de la aridez del entorno y la escasa fertilidad de los suelos.

árboles de argán y la Meseta de montaña Souss-Massa, Marruecos
Árboles de argán y la Meseta de montaña Souss-Massa, Marruecos. Foto: Camping-aourir-unsplash

Huertos tradicionales de jujubos en Jiaxian (China)

El azufaifo, también denominado “jujubo”, es una especie frutal única originaria de China. La forma en que se cultiva ha ido evolucionando a lo largo de los siglos con objeto de crear un sistema agrícola sostenible y respetuoso del clima. El azufaifo se utiliza para dar sombra con miras a reducir la evaporación de los suelos y se intercala con cultivos de hortalizas, vides, perales, manzanos y albaricoqueros a fin de nutrir y proporcionar sustento a la comunidad local. Los azufaifos, con su vasta red radicular, desempeñan un importante papel en el mantenimiento de la biodiversidad, así como en la conservación del agua, la prevención de la erosión del suelo y la protección contra el viento y las tormentas de arena.

Sistema de olivos añosos de la Taula del Sénia (España)

En la Taula del Sénia, en el este de España, los campos están cubiertos por 5 000 olivos antiguos, muchos de ellos de entre 1 000 o 2 000 años. No en vano, ¡esta zona alcanza la mayor densidad de olivos milenarios del mundo! Las comunidades locales que habitan entre estos tesoros dependen de los árboles como fuente de ingresos y subsistencia. Sin embargo, las actividades económicas, como la producción oléicola y el agroturismo, se llevan a cabo en armonía con la naturaleza. Muchas de las actuales técnicas de cultivo y producción de aceite se remontan a los tiempos de los antiguos romanos y árabes, y se han ido transmitiendo de generación en generación. Se aprovecha todo el terreno; se determinan y restauran los olivos antiguos que han dejado de producir; y se emplea la mosca del olivo como medida de control de plagas.

El Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas pone de manifiesto que, cuanto más saludables sean nuestros ecosistemas, más sanos estaremos nosotros y nuestro planeta. Documentándonos sobre los métodos tradicionales sostenibles que las comunidades en los sitios del patrimonio en todo el mundo han venido utilizando durante años, obtendremos modelos para convivir y trabajar en armonía con el planeta.

Podemos prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas, pero no por cuenta propia o mediante una única entidad. Solo lo conseguiremos si todo el mundo hace de su parte, de modo que los invitamos a unirse a #GenerationRestoration y participar.

 

Más información

Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas

Sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial (SIPAM)

Mensaje del Secretario General con motivo del lanzamiento del Año Internacional de las Frutas y Verduras 2021

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